miércoles, 5 de junio de 2013

...nos queda la palabra.


si abrí los labios hasta desgarrármelos, 
me queda la palabra
(Blas de Otero)


Venía yo el último par de días rumiando la segunda entrada del blog y esta mañana una coincidencia remató la idea. La radio daba una noticia hermosa: se acaba de editar la obra completa de Blas de Otero. Adornaba la la crónica la voz de Paco Ibáñez cantando el poema "Me queda la palabra" y me pareció que al fin, llegaba la primavera y junto a ella, la Poesía.

Y es que nos están quitando muchas cosas, muchísimas. Algunas de ellas muy importantes: la esperanza, la ilusión. Pero, por suerte, nos queda la palabra.

Nos queda la posibilidad de protestar, de gritar, de decir, de quejarnos (no soporto la expresión ¡no te quejes!). Y nos queda la Poesía.

Sirva lo anterior como aproximación a lo que acabo de bautizar (con muy poca originalidad lo reconozco) como buenrrollismo crítico. Porque hay que ser feliz a manos llenas y aprovechar las rendijas de felicidad que se cuelan por entre el manto gris que nos cubre, por supuesto. Pero no podemos olvidarnos de querer más,  no debemos conformarnos con las migajas. No sirve quedarse "inmóvil al borde del camino". Hay que aspirar al horizonte, a la utopía. Ser feliz con lo que tenemos está bien, pero siempre hay una causa (propia o ajena) por la que pelear.

Escuchen a ZaZ, lean el último de Baricco, tomen un café con un viejo amigo/a. No dejen de disfrutar las  cosas hermosas que nos ofrece la vida pero luego, busquen su trinchera y no se rindan. En la calle, en una recogida de firmas, en una ONG, en un comedor social... hay mucho sitios donde rebelarse contra la infamia. Yo tengo varios, uno de ellos es este blog que, a veces será un oasis de felicidad, y otro un golpe en la mesa para pedir justicia. Para pedir la paz... y la palabra


(Tampoco hagan mucho caso a cuenteros que se ponen trascendentes en su blog....)